10.7.06

8 días después
El oficio de historiar, trata de comprender y explicar fenómenos, códigos, procesos y estructuras sociales para vislumbrar lo mejor posible algunas realidades.
Hoy no pude. Se me atiborran en la cabeza muchos fragmentos de todo un poco. Ensueño “la tradición” política y de gobierno que México ha seguido desde el siglo XIX, … algunos intentos de modelos monárquicos europeos, algo de militarismo y un muy ‘reciente’ presidencialismo con toda su gama de matices (incluyendo garroteros republicanos, charritos, y los demás “ismos” a gustar).
En dichas lagunas, a pesar de las fortísimas embestidas internas y extranjeras, todavía pasada la mitad del XIX había intención, decoro y ensayos para formar un Estado coherente a su realidad social. Después… la carne de cañón al mayoreo.
Pero, México no pudo hacerse ni gozar de alguna estructura política sólida que le haya permitido inclinarse o seguir una teoría específica. Gracias a la ignorancia y a las pistolas, fue fácil ofrecer discursos, colores y verborrea para dar míticas direcciones, los spots televisivos simularán argumentación, la “información” sencillamente no existe y a un pueblo jodido hay que hablarle jodido para echárselo al bolsillo. El proceder político versa sobre la disyuntiva de Subestimar o madrear de muchas maneras.
Nombrar o verse frente algún “partidismo” me es vulgar. Dejo fuera cualquier propósito para ello. No lo discuto porque sólo es el artificio, lo más visible…
No comprendo los porqués de un mediocre simulacro para dar “respeto” a un derecho y validar la marranada que siguió; me golpea mucho saber que más de 80 millones que oscilan desde no comer a ‘casi’ comer hayan “elegido” a un partido político fundado por judíos, financiado y apoyado por empresarios y 24 “buenas familias.” Por instinto… los pobres votaron con la esperanza de que ‘algo’ les cambie y los ricos para mantenerse.
No tolero la imbecilidad de puberitos y rucos estúpidos que se nombran de “derecha” o de “izquierda” en éste país, tampoco que no vean las brutales reformas a la educación básica, ni los recortes a la mejor Universidad pública (de las 3 afectadas), posgrados y proyectos de investigación en ciencias sociales y humanidades.
El imaginario histórico, la teoría crítica, la historiografía in extenso, los idiomas, entre otras herramientas y apoyos, me vienen guangos in sensu strictu para sostener tanto cinismo y su magnitud incomprensible.
A pulso, México merece los gobernantes que tiene; con otros dos siglos de saqueo resiste, con técnicos, subempleo y “profesionistas” piteros saldrá(n) siempre avante y podrá llenarse la boca con palabras de moda.
No me queda más que reafirmar mi nula creencia en las instituciones “políticas” de éste estercolero, quizás testimoniar una vez más tanta estupidez y seguramente 'sufrir' vergüenzas ajenas a nivel mundial.∞

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