22.6.07

Damien Hirst - Home, sweet home

“Pus… acá en el Instituto ‘estamos’ hacien…. (abruptísima interrupción para gritar): Es que… o sea… te llegan unos pobres chavitos a doctorado que… o sea... ni cómo poder ayudarlos…” [Weyonte que me miraba mucho y que reconocí cuando bajé del vagón… Francisco Mejía, el infaltable lamegüevos que aportó a la lengua española el verbo “haigar” y que siempre llevaba café para huesear “una plaza” en el Instituto de Investigaciones Estéticas]

“Porqué no compras mentolados?” (hace dos semanas) / “Tú… vas a vivir MUCHOS años… de veras, es en serio (martes pasado) [Señora rara, entrecana, con rebozo negro y a quien no conozco]

“PUTA MALA SUERTE DE MIERDA… No!! Dios Mío! … No puedes hacerme esto… Me lleva la R * CH * NG * D * ¡!!!” [Después de ver esa repentina emulación de una supernova azulada que hizo pensarme sin TODA MI TESIS Y SUS IMÁGENES, luego sin procesador, mother, ram, 2 hds poderosos y sus amadísimos datos, todo después de cuando ya no encendió más]

“Fue un pico de luz… pero… No te apures Alillita… seguramente fue la fuente Bebé; no te apures, ya veremos.” [Mi amadísimo/odiadísimo Xuxié, de boca profética/asertiva, después de regañar mi angustia]

“Tu jornada sería por medio tiempo, se te pagarían $140.00 por hora de clase […] estamos en (no sé qué madres) de Texcoco / ["Mmm. ta"]

“Qué.. ?! … La encarnación de Lucas Alamán…” [Cuando escuché la profunda rabia de mi fratenda contra el 'honestísimo y prudente' delegado de Azcapotzalco]

“O sea... que ella era ‘anti’ ‘americanista’? […] Órale qué chido.” [...] [Treintañero en carísimos jeans con corte “punk” delante de Unos cuantos piquetitos]

“HIJA YA ESTOY BIEN, VEO Y OIGO MUY BIEN. YA NADA ME HACE FALTA. Léeme tu tesis.

Mi Abuelito, risueño, vestido de blanco en su cama durante el sueño vespertino de hoy.

Etiquetas:

7.6.07

La Comèdia

I. La Mors iniciática.

Ahora veo que fue muy rara la conveniencia con la que mis padres trataron de explicarme (suavizarme) “las cosas” de la vida.

Tenía cinco años cuando supe que la gente moría y cuando figuré lo que era “un muerto”. Hasta entonces sólo tenía referentes como “la gente se va al Cielo” y el señalamiento… no aguardaba y menos concebía el proceso posterior del morir.

Mi padre tiene una casa de campo en el Estado de Hidalgo, en su pueblo la Ley de 1857, aquella que separó a vivos de muertos no existió; todavía acostumbraban enterrarlos en los atrios de las iglesias.

Aquella ocasión me llevaron a misa y esperé al momento donde la gente estaba más distraída (hoy, Eucaristía) para poder salir.

Afuera caminaba entre las tumbas, algunas veces las contemplaba y nefastamente llegué a un hueco que no debía existir, esto, porque era tanta la pobreza de aquel túmulo que no pudo ser finito contra la barda que hacía de pared.

Yo cabía muy bien en aquel espacio y desgraciada, fusioné en mi memoria lo nublado del día con el contraste anaranjado de unos ladrillos tapizados de verde y abultado musgo. Sin pensar, comencé a tirar de una bolsa transparente de plástico que se asomaba pero que no salía totalmente, se atoraba.

A la altura de mis ojos veía algo pequeño envuelto en color blanco. Después supe que era pañalina envolviendo un bebé.

No advertía, sólo estaba intrigada por aquello y fue cuando sentí un fuerte jalón con su bofetada frontal y escuchaba: “Eres estúpida?.. Qué te pasa?... Pendeja!!!... qué no ves que es un muerto?"

Hoy, aquel regreso a la casa me es borroso; sólo mantengo un baño muy caliente mezclado con alcohol y los incesantes reproches porque me iba a “dar aire”. …[de muerto?]

No sé si mi madre sepa la magnitud de no haber dormido conmigo porque la noche fue lo más duro; no dormí y no por aquello que no “vi” sino porque todo lo que duró la oscuridad supe que eso era lo que le pasa a la gente.

Etiquetas: