La “gran” cagada de la curaduría en México no es tal, ni siquiera a cagada llega.
Es un lamegüevos del gobierno, engreído mercader de arte y un pendejo.
Da por hecho la existencia de una “posmodernidad”, a lo que precisé que ni siquiera se ha definido correctamente la modernidad ni creo que hayamos llegado a ella y que, entre otros aspectos, el lenguaje natural para nombrar las cosas es una baratija.
También le indiqué que la fragmentación no es privativa de “lo moderno”, es mucho anterior.
Y mientras veía-pensaba que no puede verse el pito con semejante panzota, dije que mi lectura es de vida.
...lo de menos es que yo "aparezca" en una publicación y curaduría para un catálogo-exposición internacionales. Mi trabajo ya está hecho y mi texto también.
Sobre todo, y antes que cualquier otra cosa, le recalqué con gran orgullo que soy historiadora.
Me dijo que era “muy brillante”, con ideas “muy bonitas” y “muy profundas” pero que yo “no vendía”.
Cuán imbécil.
No se me educó para vender, a mí se me tiene por lo que soy y por como pienso.
Y si claramente pensara en ello, no serían porquerías como las suyas:
Venecia y el MUAC son una larga, prolongada y mala mamada a la política “cultural” de este sexenio.
Cómo exhibir mierda a quien paga; eso es subestimar y robar.
Y si yo quisiera relamer algo bueno, sería gente como Carlo Ginzburg con quien tomé clases y quien me aconsejó cuando le consulté una tristeza por mi tesis de licenciatura.
No chingaderas.
Y a excepción de dos personas, ya me importa una sombrilla estar presente en N.Y., Rótterdam, Suecia y lo que venga (y no soy secuestrable, raterillos)
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