27.9.07

Jacques Fabian Gautier d'Agoty - Myologie complète en couleur et grandeur naturelle... [1746] Lám. 10

III. Sanguis

Casi toda mi niñez se fue a la mierda con privaciones anímicas, hospitales, cauterizaciones y encierros caseros.

No podía hacer ejercicio, reír, asustarme o “padecer” cualquier tipo de excitación sin furiosas y prolongadas hemorragias que iniciaban cada 4 o 6 horas y permanecían los siguientes tres días.

Tenía (“como todos”) fragilidad capilar pero al ‘80%’, algún inepto hizo culpable primero, a un suéter rosa que olía, luego a mi osito de peluche… que en su proyección eran mi sustitución maternal y los responsables de erosionarme la nariz… otro médico de muchos me sentenció “hemofílica” y después de nueve años, un anciano diagnosticó “certeramente”.

Me curé con un medicamento que descontinuaron y con vitamina "K" pero a mi sentir, sané cuando empecé a nadar, a no dar importancia a todo, y sobre todo cuando oía punk y me drogaba soberbiamente.

Mi “última” hemorragia seria fue a los 18 años.

Ayer tuve 4… con todas las molestias que había olvidado, ya no recordaba sentir aquella miseria. Esta vez se aunaron otros síntomas que me desconcertaron; tengo un extrañísimo dolor de la nuca hacia arriba con incipiente pérdida de tensión muscular, siento caer en un sopor muy profundo pero me resisto al ¿desmayo?.

Es ajeno a todo lo anterior.

No quiero ir al médico porque no quiero oír putadas. Ya tuve mucho con las magnas agujas, la violación a mi nariz y tabique con rojizos tubos calientes… la extracción gutural de coágulos, etc. etc. Y no temo al dolor físico, de hecho, creo que lo tolero bastante bien; es sólo que me da pereza y también me niego considerar algo más grave.

Dormité pensando un aneurisma… o algo parecido a una trombosis o quién sabe que otras posibilidades/incertidumbres; luego pensé en mis padres, en un hijo futuro y mítico que no le he dado a Juan Carlos y hablé tiernamente con Dios; le dije con todo mi fervor que ha sido muy mierda conmigo y que ya me cansé de ser su ramera sin paga.

Etiquetas:

15.9.07

Febo [Secuencia No. 20]

Tenía 17 años cuando fui arrullada sexualmente con las palabras más abiertas, puras, decorosas e irrepetibles. La mujer que me suplicó ser su pareja me llevaba ocho años, era una punk guapa.

Esa vez, con desenfado la ignoré y no porque no me gustara… creo que no tenía ánimo pero sentí su tristeza. Nunca más supe de Nora.

A veces pienso que “maltraté” por la edad o etapa pues realmente nada me importaba ni incidía sobre mí.

Eso quedó atrás y estos días devino presente traspapelado.

Esta semana en un pasillo escolar dos novias me encontraron, una me tomó de la mano acariciándola un rato prolongado, la otra me acercó todo su cuerpo sin tapujos. No me quité, dejé que conociera mi esquelética y larga mano pero al tiempo empecé a carcajearme y a hacerles preguntas “incoherentes”. Por un momento pensé que ya estaba dentro de “algo”, llevaba más de 24 hras. en vigilia y había terminado un examen de griego, emanaba el calor de mi desvelo y me sentía flotar.

No sé qué pasó, dije que estaba menstruando y entonces fui -retomaron el camino- al baño; hice tiempo y esperé en los espejos para saber quién se abriría, todavía reiteré un “Nos vemos al rato”, se sonrieron y después me evitaron.

Pero a decir verdad, no me gustan. Sería regalarme.

Creo que jugué con los pocos lapsos raros que me acontecen.

Ayer recibí un tierno saludo.

Etiquetas:

3.9.07

Saturday Night Fever [1977]

Alilla Rotten no tiene con quien bailar… por eso está triste y escucha repetidamente More than a woman con los Bee Gees, síntoma de profunda depresión que le remite a sus 2 años de edad, al elepé de Saturday Night Fever. The Original movie soundtrack y a su casa... entonces feliz, tranquila y setenteramente “cool”.

Sónico flash-back de una paz borrosa, también mezclada con algunos fragmentos de Neil Diamond que su mamá cantaba y bailaba.

Agudiza la ausencia buscando algo que se equipare… e ingenuamente escucha a Sophie Ellis Bextor y otras pocas a las/los Scissor Sisters.

Lástima,

quién sabe qué pasó, su mamá era una excelente bailarina y dejó de bailar.

Algo parecido le pasó a Alilla pero ella nunca bailó.

Lo intentó pero cierta "Institución" dijo que sus huesos eran demasiado largos para poder hacerlo y su esposo tampoco gusta del "posible" placer por bailar...

Etiquetas: