25.1.08

Avatares del Señor.

No sé cuántos alcancen “el mediodía de sus dones”; únicamente puedo jactarme de poquísimos delirios que logré formales.

Ahora, no distingo si son lúcido detrimento o vigente estandarización anímica… tan asidua, que se pierde.

En estos tiempos ensayo remover, sepultar o “descubrir” ‘algo’ pero generalmente equivoco al buscar alguna provocación abierta.

No hay crudeza pura.

TODO es mierda dispuesta y asistida.

Mi inútil búsqueda intentó refugiarse en lo sórdido, encontrando sólo risibles fracasos.

De aquellas mesetas y sus negaciones:

[No pude alcanzar a un bastardo –parece que con 10 años de edad- quien intentando apedrear a mi adorable perrazo, hizo mariconadas con mi ventana].

1) Existe una maldición muy personal contra la adquisición de clichés: las mismísimas calles londinenses y gringas (Cleveland y NYC) negaron su existencia (voluntad, talla y modelo).

2) Días atrás a las 9 a.m. abandonaron dentro de una bolsa negra el cadáver de una joven mujer. Comprando cigarros, vi la(s) fotografía(s) forenses que policías judiciales distribuyeron.

Llegaba la noche y sentía miedo y tristeza por ella.

Y por un extraño respeto, evitaba la cercanía al lugar. Hoy, (por sentido común) no dudo en tener vecinos “incómodos” y ello empeora porque empiezo a acostumbrarme.

3) Un error dactilar suprimió aparentemente 657 Mbs, pertenecían a NekRomantik. El “torrent” que sustituyó la decepción no debió existir, menos ser visto.

Unas líneas advertían: “What you will see, will definitely shock and offend you” y presumían exhibir “la peor película jamás hecha”.

En efecto, Cannibal Holocaust es una total porquería.

La mierda más mierda que he visto.

La insolencia es calificarle “de Culto” (¿para los pendejos? ...)

Nada más gringo, es decir, hipócrita, estúpido, incoherente.

Abominable por malhecha, por risibles remedos y sobre todo por aquel “gore” alevoso contra animales completamente indefensos… y, a la par de esas secuencias que omití (sónica y visualmente) pensé en magnitudes y con franco asco cavilé… porqué no sustituir una tortuga por una manada leonil, o, en aquel tanteo por una “insanidad” mental o moral porqué no autoinfringirse?.

Es obvio, la imbecilidad es ingénita a los hombres.

“Subsané” la repugnancia viendo Das Leben der Anderen y por alguna razón ajena, disfracé la tristeza escuchando a Carl Douglas y su “Kung-Fu fighting”.

Sí, creo que forzosamente devendré “fan” de las Chopsocky.

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