11.12.07

Antonio Fresconi - La tempestad se avecina [1950]

Me place-aniquila mortificarme mucho, ello, pocas veces logra algo “bueno” y generalmente saca lo peor de mí hacia mí.

Tengo pendientes que no atrapo, ni acabo... o totalidades que ya íntegras deshago.

Mis intermedios físicos, anímicos y corporales, apestan; me agreden y me lastiman mucho; a veces los sobrellevo, otras los ensueño, o harta, los hago “morir”.

ME ODIO,

…cuando me veo al espejo y cada vez me convenzo que no llegaré a un costillar inmediato; lúcido y grosero,

… cuando no puedo hacer retazos mi cabello,

… cuando, tanta acerbidad,

… cuando puedo portar caros e imbéciles clichés y saber que soy un pedazo de mierda entre toda la mierda, más mierda que yo. Soy totalmente ajena.

… cuando periódicamente recuerdo a “Gabriela”, ella, no sabe mi nombre; sí sabe que le pidió fuego para su cigarrillo y acto seguido, me "escupió" humo a la cara riéndose. Apreté mis puños y no los estrellé en su cara ni cuerpo porque él se veía feliz.

Tres tiempos distantes y distintos la esperé dentro de sanitarios y en lugares “lejanos”, nunca salía.

Este febrero próximo, deberé cristalizarme; sin esfuerzo pesaré 6 kilos menos; me llevarán férreas piernas y otras destacables, y claro, efectivamente, sin excusa ni pretexto cobraré mi antojo por dientes frontales, una débil nariz y contusiones que “me” salgan.

Llevo mucha ventaja, ya no física. Es mejor la emocional.

Desgraciadamente, nunca me quedo con “nada”.

[Doble negación que de facto no permito que sea]

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