Domesticatĭo, domesticatiōnis.

Aquello que se piense de mi persona no existe.

Sólo incide un poco cuando proviene de quienes me “estiman” y creen conocer después de algo más de 15 años. Sólo yo y nadie más, sabe quien fui y soy pero me molesta y aún no comprendo porqué se me adjetiva y en ocasiones, minimiza.

Que a sus ojos, cualquiera pueda y sea, menos yo; es costumbre.

No son desusos:

Soy buena académicamente y me esmero en lo que me gusta.

Les consta que con franca desventaja hacia mí, he gargajeado un par de caras, lo más, una encarnizada pelea invicta contra una ruca de 42 años teniendo yo 21.

También, que en la búsqueda-realización por mi semanario de dolor, me perforé de forma casera con 2 clavos azules las puntas de mi nariz porque a mis 16 era, como esta sociedad, una puerca.

No fumaba, no bebía, no apoyaba ni consumía monopolios.

La medicina no existía pero tampoco me dejé morir a los 21.

Todo era por poco, puro.

Crecí muy rápido, mucho en aquellos lugares en los que quizá hoy, si existieran, dudaría en entrar.

Yo, no tuve amigas “ballerinas” que "fumaban mota" y eran gustosas de mostrar sus tetas ejemplares con sus pieles de porcelana...

NO.

“Mis amigos” eran o creían ser, punks "rotos", homosexuales alcóholicos que me decían "bonita" y algunos pretendientes a la desviación.

No tuve hermanos mayores, ni “guías” (sustantivo tan guarro) porque no los quise ni los quiero.

Sola, sin referentes, ni “recomendaciones” hice lo que me vino en gana.

Como siempre, hoy mismo; todavía, gusto por pendejear al pendejo y le miento su madre a quien quiero.

No abandono al Tercer lugar, su iconología, ni sus marcos devocionales decimonónicos.

Hoy mismo, espero por 4 cms. para mi moja y tengo antojo por vestir pantalones “inútiles” del ya no mítico Camden town y más, si me sigue excitando, pagarle a mi hermana en su regreso a Londres hasta € 117 (£ 80) por unas botototas soberbias.

Y ello no es pensar que lo pienso-asumo-no siendo, porque siempre he sido así.

Hago bien.

Lo demás, A – LA – MIERDA.