No puedo dejar de pensar en aquella mujer que fue arrebatada de la mano de su pequeñísima hija 15 metros, en su cabeza completamente destrozada y en aquel hijo de puta que ensayó fugarse.
No perdono la inusual presencia policíaca que le evitó una soberbia madriza.
Putos bastones de coche, para pura mierda valen.
Debía atenderse a la abuela y a la niña porque quedaron muy mal.
Y la sangre de la muerta, sólo corría.
Pinche gente mierda. No debería existir.
Pinche Dios pendejo, siempre la caga.
Etiquetas: Estercolero
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