2 / 2 / 2

Cuando me remarcaron numerosas veces el jodido epíteto de “NO MEXICAN HIGH MODERNISM”, pensé mucho en la colección que curé, luego me aterrorizó pensar que el arte en NY todavía caminaba con la directriz WASP y los lamebotas que encumbran a la Ivy league.

Después de 2 años de trabajo, de tratar con "artistas" y galerías, de equilibrar sensibilidades plásticas, de pensar la disposición y tonos que debía indicar a los museógrafos; todo se fue a la chingada en dos minutos.

Me clavaron una pinche pieza “nueva” / “a estrenar” que altera todo mi módulo y mi trabajo teórico, y, para acabarlo de joder, lo vuelve casi-casi “un discurso de género”. Putamadre, me jodieron con lo más jodido.

Sólo pude sacar dos piezas para darle decoro pero mi trabajo devino “moda”.

Ayer le dije a la directora del museo, que en México me pasaré el veto por los ovarios; quiero a los artistas de Sinaloa que trabajan sutilmente con polietileno y decapitados, quiero háptica y quiero lo matérico, quiero de regreso mis indicios y sus presencias / ausencias.

Quiero mis fragmentos corporales y no es mi problema si la mayoría son femeninos.