14.4.07

Leonel Maciel - Muerte del Abuelito [Dedos de Luna]
Y aún cuando inevitablemente todo me devolverá siempre a ti, estoy cierta que ves a Dios y le agradezco profundamente porque paró tu dolorosa agonía y porque ya descansas.
Crescencio, Abuelo; no existe una sola palabra ni forma que pueda expresar en todas las dimensiones el grandioso ser humano que fuiste, ni algo que semeje el profundísimo amor que siempre existirá entre nosotros.
Comprendí el “imposible” gesto “final”. Me lo guardo y lo mantengo.
Tu nobleza traspasó cualquier sentido.
Gracias Mi Amor, por todo
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"Yo tuve una llaga en la espalda, honda, de tres dedos, que se me hizo llevando la Cruz; esta me ha sido de mayor pena y dolor que todas otras; la cual consideran poco todos los hombres por no serles conocida: pero tú tenla en veneración y sabe que cualquier gracia que me pidas en su virtud, te la concederé.
Y a todos los que por ella me honraren, les perdonaré sus pecados cotidianos, de los mortales no me acordaré más, y conseguirán mi gracia y Misericordia."
Jesucristo, mansísimo Cordero de Dios. Yo, pobre pecadora, saludo y reverencio tu Santísima llaga, que padeciste en la espalda llevando tu pesada Cruz, con que por causa de los tres huesos que de ella salían sentías grandísimo dolor sobre todos los otros de tu Santísimo Cuerpo.
Adórote, dolorido Señor mío, reverénciote y glorifícote con lo íntimo de mi corazón y doíte gracias por aquella santísima, muy profunda y dolorosa Llaga de tu Espalda.
Suplícote humildemente por aquel duro peso de la Cruz, que tengas misericordia de él, mi Abuelo y le perdones todos sus pecados, tanto veniales como mortales y le acompañes en el camino de la Cruz por las sangrientas pisadas tuyas a la bienaventuranza eterna, por los siglos de los siglos.
¡Oh santísima Cruz!
¡Oh inocente y glorioso Cordero!
¡Oh pena grave y cruel!
¡Oh pobreza de Cristo Redentor!
¡Oh llagas muy lastimadas!
¡Oh sangre de Cristo derramada!
¡Oh muerte de Cristo amarga!
¡Oh dignidad de Dios digna de ser reverenciada!
Ayúdale Señor para alcanzar la vida eterna.
Alabada sea la Santísima Llaga de la Espalda de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.